Técnicas de masturbación femenina
La masturbación en las mujeres es, por definición, algo muy personal, y cada persona elige por sí misma cómo practicarla.
La autosatisfacción femenina no solo está pensada para aliviar la carga erótica de una persona, sino que también es un fantástico reductor del estrés y una forma muy efectiva de conocer nuestro propio cuerpo.
Formas de masturbación femenina
El rango de formas de masturbación femenina entre las que se puede elegir es muy amplio y variado: aquí están las principales y algunos consejos útiles para que elijas con conciencia, ¡y explores tu cuerpo al máximo!
Masturbación clitoriana
El clítoris es el órgano eréctil que se encuentra en la intersección superior de los labios menores, y es el centro del placer femenino.
Se puede estimular con muchas técnicas más allá del famoso vibrador clitoriano: acariciándolo con los dedos, rodeándolo, con movimientos lentos o rápidos o frotándolo sobre superficies de cualquier tipo. Un clásico que no pasa de moda es con el chorro de agua de la ducha. ¿Quieres experimentar sensaciones intensas, pero te preocupas por el planeta? Cierra la ducha, ahorra agua y prueba uno de nuestros productos para la estimulación del clítoris. Vibrant Oil, por ejemplo, es un aceite que ayuda a aumentar la sensibilidad de las zonas íntimas con una sensación de calor y cosquilleo intenso, ¡y basta con una gota!
Otro método consiste en presionar, lo que se puede hacer con los dedos o la palma de la mano, acompañándolo también de movimientos circulares de distinto tipo.
Masturbación vaginal
Puedes empezar a explorar toda el área vaginal con las manos y los dedos. Frota la zona activando los labios menores y los labios mayores, aplicando presión o caricias donde sientas placer. Y no te olvides de acariciar también la zona de la ingle. Tus dedos también son perfectos para explorar y masajear la vagina internamente. Puedes aplicar presión cerca de la abertura, adentrándote más profundo, o probar con una estimulación dentro-fuera.
¿Los dedos y las manos ya no bastan y quieres cambiar de marcha? ¡Entonces es momento de probar los vibradores vaginales! Sigue leyendo, al final encontrarás una sección dedicada a las maravillas de la masturbación con juguetes sexuales.
Masturbación anal femenina
Bueno, sí, con la masturbación puedes estimular el ano aplicando cualquiera de las técnicas que acabamos de mencionar, o incluso más de una a la vez. De hecho, el ano es una zona erógena llena de innervaciones y su estimulación puede convertirse en parte de nuestra rutina autoerótica.
Un consejo importante: no utilices los mismos juguetes para la estimulación anal que para la vaginal. Los juguetes anales tienen un diseño diferente, con una base más amplia que permiten al usuario que no se le queden dentro del cuerpo. Además, para la estimulación vaginal y anal la higiene desempeña un papel fundamental: para evitar infecciones, no utilices el mismo objeto para ambas estimulaciones, a menos que los desinfectes con cuidado.
Masturbación con juguetes
Aquí surge la pregunta: ¿por qué elegir un juguete para masturbarnos cuando tenemos a nuestra disposición todas esas técnicas? Usar productos diseñados para el placer personal puede abrirnos nuevos universos de placer, y estimular no solo el cuerpo, sino también la imaginación. Las formas y los tamaños, los tipos de vibración y los materiales son cosas agradables que experimentar en la intimidad, estimulando tus genitales de forma directa o indirecta, interna o externa.
Lo importante es elegir productos certificados de la máxima calidad, como los juguetes sexuales de Control, capaces de abrirte las puertas a nuevos mundos y hacerte disfrutar en tus momentos de soledad, y mucho más. ¡Ver para creer!
Para eso, échale un vistazo a nuestros vibradores Soul Vibes. Te encantarán.
Los métodos de masturbación femenina y sus ventajas
A las ya comentadas ventajas para reducir estrés y ayudar al relax, la masturbación femenina y la autoexploración es una forma muy divertida de conocernos a nosotras mismas. Conocernos mejor nos ayuda a disfrutar más de nuestras experiencias ya sea en soledad o en compañía introduciendo variaciones en nuestras prácticas.
Una mayor variedad enriquece la experiencia y expande los horizontes de nuestra sexualidad permitiéndonos prolongar e incluso intensificar nuestro placer.