Fantasías sexuales y psicología

¿Sexo con varias personas, iluminación tenue y ambiente romántico, juguetes eróticos o contactos en espacios públicos? Las fantasías sexuales nos hablan de las necesidades humanas y la psicología puede ayudarnos a comprenderlas.

Los significados psicológicos de las fantasías sexuales

Tener fantasías sexuales es muy común, mientras que tener espacios para poder hablar de ello o indagar es más inusual.

A menudo, incluso en relaciones significativas, es difícil compartirlas, por temor al juicio de la otra persona o por tener deseos demasiado fuera de lo común. De hecho, la comunicación sobre estos temas fortalece la intimidad y nos hace personas más libres para expresarnos sin avergonzarnos de nuestros deseos.

¿Qué es una fantasía sexual?

En primer lugar, es bueno saber que una fantasía erótica es un juego imaginativo, que suele implicar un escenario sexual excitante, más o menos detallado.

Puede ser inducido por un estímulo externo (por ejemplo: una escena de una película, una situación con una persona que nos gusta) o un estímulo interno (un recuerdo, un pensamiento).

A menudo, el sueño erótico puede provocar excitación, ¡pero no siempre significa que quieras ponerlo en práctica! "Fantasear" no significa necesariamente "querer hacer".

Otra cosa importante que debes saber es que las fantasías sexuales pueden cambiar a lo largo de la vida, porque nosotros también cambiamos. Sin embargo, la aparición de una nueva fantasía erótica no necesariamente tiene que cuestionar nuestra identidad: fantasear con el sexo en grupo no nos convierte automáticamente en no monógamos, ¡fantasear con un beso con una persona de nuestro mismo género no necesariamente nos convierte en homosexuales o bisexuales! Las fantasías son solo una de las dimensiones de nuestra orientación sexual. 

Tipos de fantasías sexuales

A menudo pensamos que nuestras fantasías eróticas son extrañas o únicas, pero la mayoría de las personas, independientemente del género, fantasean con las mismas cosas.

El investigador del Instituto Kinsey Justin J. Lehmiller (2018) identificó tres categorías macro:

Sexo con varias personas: orgías, tríos, gangbangs

Satisfacen la necesidad de estar en el centro de atención y el deseo de ser queridos por varias personas al mismo tiempo.

Fantasías Sexuales con nuevos lugares y formas de tener sexo

Los eventos imprevistos y el riesgo suelen ser la consigna: en primer lugar, la fantasía de la relación en público. Satisfacen la necesidad de escapar de la rutina y la monotonía. El uso de juguetes sexuales (especialmente en parejas monógamas) también entra en esta categoría. También puedes obtener nuevas experiencias con geles de masaje erótico.

Fantasías Sexuales de Poder y control

Las fantasías de dominio y sumisión prevalecen más de lo que piensas: no es tan raro e inusual fantasear con atar o ser atado, dar o seguir órdenes, infligir o recibir dolor. BDSM (acrónimo de Bondage and Discipline, Sumisión y Masoquismo, Sadomasoquismo) es una disciplina en la que las personas pueden experimentar la implementación de ciertas fantasías en un contexto seguro. Es un verdadero "juego", donde desempeñar un determinado papel da la oportunidad de escapar de deberes y responsabilidades, o de afrontar ansiedades; para algunas personas también tiene un valor terapéutico. La palabra clave en esta área (¡y debería estar en todas las áreas de la sexualidad!) Es "consentimiento": por esta razón, también se acuerdan palabras seguras que definen los límites del juego.

Significado psicológico de las fantasías sexuales

¿Es posible asociar un significado psicológico a las fantasías sexuales? ¿Cómo se relacionan con el psicoanálisis?

Existe mucha variabilidad en las fantasías sexuales, y esto difícilmente es un indicador de patología.

En general, lo que es tabú o lo que se considera tal suele activar cierta excitación en el ser humano.

¿Es malo tener fantasías sexuales?

Pero, ¿Quién decide qué es tabú y qué no? Esta pregunta es interesante porque nos recuerda que las fantasías eróticas están ligadas al contexto histórico-cultural de referencia, y si bien pueden satisfacer necesidades personales, muchas veces declinan de diferentes formas según el momento y el lugar. Por tanto, no pueden ser un indicador preciso para comprender la psicología de una persona, ni en ningún caso el único.

Hay que tener en cuenta que las fantasías sobre actos no consensuales no son un problema en sí mismas, a menos que sienta la incontenible necesidad de ponerlas en práctica. En este caso, así como en el caso de fantasías particularmente obsesivas o perturbadoras, es bueno consultar con un profesional de la salud sexual.

De Dania Piras, Experta en Sexualidad Típica y Atípica

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